Pedro Ibarra y Ruiz (Elche, 1858-1934), resulta una figura clave para explicar la formación de la actual ciudad de Elche ya que destaca con luz propia como historiador,  arqueólogo, archivero, erudito cronista y  defensor incansable del patrimonio local y del espíritu comunitario ilicitano. Sin embargo, su vocación primera, truncada por la prematura muerte de su hermanastro Aureliano Ibarra y Manzoni  (Alicante, 1834-1890), fue la de pintor. Una larga formación artística así lo atestigua. Primero en la academia de dibujo del citado Aureliano, un auténtico maestro en la técnica del grabado. Posteriormente, con estudios superiores en las Academias de Bellas Artes de San Carlos de Valencia y  de San Jorge de Barcelona, al tiempo que realizaba también trabajos prácticos de fotografía y artísticos en bronce que usó en sus investigaciones y en sus espectaculares encuadernaciones de colecciones documentales, así como un viaje formativo a París (1883).

También recibió Pedro Ibarra el encargo de sus conciudadanos a la hora de diseñar objetos o vestiduras de especial significado para la ciudad. Es el caso del vestuario de los judíos del Misterio de Elche en el momento en que fue recuperada la escena de la Judiada, en 1924. O también de los grandes escudos de Elche y de España hechos en piedra que adornaban el Paseo de la Estación de la población, levantado en 1902, y que eran una de las primeras impresiones que recibían nuestros visitantes al acceder por vía férrea; escudos que ahora podemos ver en la puerta de entrada al Hort del Gat. Así mismo, se le buscó en dos momentos determinados para diseñar ornamentos destinados a la Virgen de la Asunción, a la querida Patrona de la ciudad. El primero, la corona imperial confeccionada en 1888 para sustituir la que le había sido sustraída a la imagen en un sacrílego robo perpetrado en la iglesia de Santa María la víspera de Pentecostés de dicho año.

El segundo de tales ornamentos es el manto que conocemos como «de las Conchas» o de la Venida de la Virgen, estrenado el 29 de diciembre de 1917. Este manto fue sufragado mediante un legado testamentario otorgado por Antonia Serrano Franco (1831-1909) a la imagen ilicitana, administrado por su sobrina Antonia Ruiz de la Escalera y Serrano, viuda de Cisneros (1858-1939). El magno proyecto fue aprobado por el obispo de Orihuela, Ramón Plaza Blanco, quién lo recomendó vivamente al arcipreste de Santa María, José Luis Martínez Gómez. Fue efectuado en el mismo Elche, en unos locales habilitados en la casa parroquial de Santa María, por la ilicitana Mariana Valero Agulló (1859-1918), maestra de bordado, auxiliada por las jóvenes Concepción Vidal Pomares y Manuela Sánchez Aznar, también de Elche.

Ibarra adornó el manto y su correspondiente vestido con un impresionante conjunto de símbolos marianos inspirados en las Sagradas Escrituras y en la Letanía Lauretana, así como en la propia tradición local, cuyo programa iconográfico explicó detalladamente en el folleto titulado Descripción del manto que para la imagen de Nuestra Señora de la Asunción, venerada en la Insigne iglesia parroquial de Santa María de Elche, ha sido confeccionado en la misma ciudad y estrenado el día 29 de diciembre de 1917...

Desde su estreno, el manto «de las Conchas», así denominado por las cinco conchas de oro que adornan el cuello de la prenda, en referencia a los cinco siglos de la tradición de la Venida de la imagen por mar en el momento de su confección, se convirtió en la vestidura de gran gala de la Patrona de la ciudad. Su figura es ataviada con este manto durante el ciclo navideño, que incluye la festividad de la Venida, y también en el caso de celebraciones extraordinarias. Como ejemplo, basta recordar que fue esta lujosa prenda la que lució la Patrona en la representación extraordinaria del Misterio que tuvo lugar el 29 de diciembre de 1970 con ocasión del VI Centenario de la Venida y que culminó con la solemne Coronación Canónica de la imagen de manos del obispo de la Diócesis, Pablo Barrachina y Estevan. Y también en la procesión y Te Deum cantado en Santa María el 18 de mayo de 2001 para celebrar la proclamación de la Festa como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Con este mismo manto figura la Virgen de Elche en el gran óleo que sirve para cubrir el bocaporte de su camarín cuando éste se halla vacío.

El Patronato del Misteri d’Elx ha querido unirse a la celebración del Año de los hermanos Ibarra, decretada por el Ayuntamiento de la ciudad, dedicando el facsímil con el que anualmente obsequia a sus invitados a la Festa a la Descripción del manto..., publicada en la Tipografía Salvador Hermanos de Zaragoza, seguramente en 1918. Para ello se ha reproducido el ejemplar conservados en la Biblioteca Pública Municipal Pedro Ibarra de Elche bajo la signatura L/185.