En el curso de la sesión ordinaria de la Junta del Patronato del día 18 de octubre, realmente maratoniana, casi cuatro horas, entre los puntos previstos en el orden del día, salieron a colofón un buen número de temas, algunos de ellos de largo recorrido, que fueron debatidos con diversas intervenciones y de los que se tomaron buena nota para intentar subsanar las correspondientes deficiencias. Concretamente, el arcipreste Francisco Conesa, entregó un pliego con un buen número de sugerencias al respecto. 

Además, claro está, de otras muchas cuestiones que fueron debatidas, algunas de ellas de largo recorrido, y de las que se tomó buena nota por parte del secretario. 

Un tema ampliamente discutido, la subida al cielo de personas ajenas al personal que tiene asignado el consiguiente trabajo en torno a la tramoya, debido al manifiesto peligro que representa asomarse desde tal altura. En este sentido, se tomó la determinación de tomar la firme determinación de cortar por lo sano, ya que son centenares de personas, niños incluidos, que suben con o sin acreditación, 

Otro tema, la vestimenta y comportamiento de porteros y azafatas, que dejan mucho que desear, a fin de que no se deteriore el empaque de la Festa, ya que se observan demasiados detalles negativos en tales menesteres.

Otro problema, en el día 15, que ha ido en aumento en los últimos años, la colocación de sillas por parte de la gente, en el exterior de la Basílica, particularmente frente a la puerta mayor, que obstaculiza el normal trasiego de los protagonistas de la representación. Sillas que recogen de los bares y particularmente de las preparadas para el concierto lírico que que se realiza cada año en la plaza del Congreso Eucarístico, que precede al castillo de fuegos artificiales como fin de fiestas, produciéndose una situación de auténtico desmadre. 

También, procurar cumplir el tiempo de descanso que se concede del primer al segundo acto, procurando que todos, participantes y asistentes, cumplan con los minutos concedidos, cosa que no está ocurriendo tanto e unos como en otros, pero particularmente en lo que concierne a los integrantes de la representación.

El arcipreste apuntó que sería conveniente que se produjera su intervención, en la bienvenida inicial previa a la representación, el día 15, la que no es habitual, con el fin de que se le ofrezca a visitantes ilustres que acuden a esa representación, como se hace en los demás días, como detalle de cortesía y reconocimiento. 

Un tema debatido y de amplia repercusión, el cambio en algunos pasajes de las representaciones, respecto a algunas modificaciones que se han llevado a cabo, naturalmente en aras a una mayor exactitud del desarrollo del drama sacrolírico, con opiniones opuestas, que naturalmente serán sopesadas y estudiadas, siempre en beneficio de la Festa. 

Una opinión o sugerencia del arcipreste, sobre la "Prova de l'Angel", que prácticamente se ha convertido casi en un ensayo general, sobre la posibilidad de que volviera a ser un acto dedicado exclusivamente a los niños, eliminando cantos, salvo los que sean estrictamente necesarios para realizar el cambio de